Debemos aceptar que nunca antes en la historia de la humanidad, el mundo se había visto inmiscuido ante la vulnerabilidad que genera la pandemia que nos atañe hoy; ya que ni con la primera, ni segunda guerra mundial, ni con las pandemias anteriores se había percibido una potente crisis sanitaria y económica. Al comienzo del año en curso, nadie pronosticó la hecatombe que se avecinaba. La mayoría de las personas ponía todas sus esperanzas al año 2020, con la finalidad de olvidar el caótico año 2019 y poder por fin cumplir metas y objetivos que fueron trazados desde años anteriores.
No obstante, nos llevaríamos una grata sorpresa. El virus maligno surgió en la segunda economía más poderosa del planeta; la mayoría de la población ignoraba y era indiferente a lo que estaba a punto de suceder. El virus se propagó rápido. No perdonó razas, género, edad, fronteras, clases sociales, etc. La bolsa de valores colapsó ante pérdidas no antes vistas desde la crisis de 1929. Los precios del petróleo por los suelos, lo peor estaba por llegar: países de todos los continentes cerraron fronteras, no permitían el libre tránsito de personas, cruceros varados, caos y anomalías en todas las metrópolis del mundo.
En cuanto a México, instituciones académicas, públicas, y privadas tuvieron que detener el ciclo escolar y restringir su acceso para evitar la propagación del virus. Grandes, medianas y pequeñas empresas se vieron en la necesidad de cerrar y aceptar por consecuencia grandes pérdidas económicas; además, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial, en sus distintos niveles de gobierno suspendieron términos y cerraron instalaciones.
Ante la interrupción del Poder Judicial, es importante mencionar que muchos de los procedimientos judiciales ante la federación y las entidades federativas se vieron perjudicados; el 38% son en materia familiar, el 29% en material civil, 18% en material mercantil. Por consiguiente hubo personas que no pudieron obtener la disolución del vínculo matrimonial, no percibieron la pensión alimenticia atinente a menores, o dejaron en suspenso los juicios sucesorios, arrendatarios con deuda no pudieron ser desalojados; por último, cantidades cuantiosas inmersas en títulos de crédito quedaron sin exigir el pago correspondiente.
En virtud de lo anterior, es importante mencionar que la estabilidad social, económica y política de un Estado, se debe también al conjunto de ordenamientos jurídicos que regulen el comportamiento de distintos sectores de su comunidad. Por ello, es menester señalar que el sistema legal en México, debe considerarse actividad esencial en la economía. Ha llegado el momento de hacer uso de la tecnología y la inteligencia artificial para implementar el nuevo sistema de justicia digital, que deberá ser entendida como una reforma sistémica e integral. Es un cambio institucional que implica modificaciones per se, a normas, organizaciones, desarrollo y fomento de la cultura jurídica.
La justicia digital permite:
- La instauración de un software universal único, para la federación y para cada entidad federativa.
- Dentro de dicha plataforma se podrá recibir notificaciones, interponer demandas, realizar audiencias a distancia, emitir y publicar sanciones, sin necesidad de que los abogados, las partes y la autoridad estén en el mismo recinto jurisdiccional.
- La colaboración de la totalidad de los órganos que administran la justicia a través de un trabajo coordinado.
- Mayor transparencia por los servidores públicos, tanto para la emisión de convocatorias por oposición y designación de los mismos.
- Optimizar y digitalizar las leyes federales y estatales, códigos, normas y reglamentos correspondientes.
- Fácil acceso a personas sin importar si saben leer y escribir. Dicho software estar traducido a distintos idiomas.
- Registro.
a) Tramitación digital de expedientes: A través de un validador judicial (Autoridad jurisdiccional, juez, abogados, partes y juicio).
b) Abogados: Registrados mediante cédula profesional federal.
c) Personas físicas y morales: Se registraran a través de sus datos personales.
d) Jueces, Magistrados y auxiliares: Registro de nombramiento que acredite su puesto.
Resultados “Justicia Digital”
- Rapidez y celeridad de la tramitación de casos.
- Accesibilidad a los servicios de justicia en línea.
- Recopilación de datos, métricas e indicadores que permiten realizar feedback para mejorar en lo subsecuente, software-plataforma, atención los usuarios y servicio jurisdiccional.
El camino no será fácil; sin embargo, no podemos seguir con el sistema judicial tradicional, atendiendo 3 factores actuales:
- La conglomeración de abogados, servidores públicos que ésta representa al acudir a Tribunales de Justicia. Resulta ser un riesgo para todos por ser un punto de contagio alto y en caso de vivir alguna anomalía similar se pueda impartir justicia a distancia.
- Los largos trámites judiciales ante los órganos jurisdiccionales, es otro factor que suplica por un cambio necesario, es momento de ser precursores e innovadores con nuestro sistema judicial mexicano.
- Legaltech. Firmas jurídicas realizan consultorías jurídicas a través del uso de la tecnología, la inteligencia artificial y el machine learning.
El Consejo de la Judicatura Federal en conjunto de las entidades federativas, es el principal encargado de desarrollar e implementar la justicia digital, no obstante, será necesario que los órganos legislativos modifiquen y promulguen las nuevas prerrogativas que permitirán adecuarnos al mundo tecnológico y digital porvenir.
Alan Manzano delgado
- Jurista mexicano
- Feat founder