En otros números hemos hablado del estrés, conscientes de la importancia del tema, no sólo por la NOM 035 que entró en vigor el pasado octubre, sino porque cada vez tiene más presencia en las empresas y se ha convertido en una necesidad conocer diferentes tácticas para combatirlo, que es en lo que se enfocará el siguiente artículo.
El estrés laboral es un tipo de estrés caracterizado por una creciente presión en el entorno laboral que puede llevar al trabajador a una saturación física y/o mental, así como generar un desequilibrio profesional y personal.
Con tal de combatir esta problemática, la Organización Mundial de la Salud (OMS), proporcionó en 2016 un folleto titulado “La organización del trabajo y el estrés”, dentro del mismo se proporcionan algunos consejos sobre cómo hacer frente al estrés laboral, entre ellos las características del trabajo bien definido, que te compartiremos a continuación:
Prácticas y estructura institucionales: debe proporcionarse a los empleados información clara sobre la estructura, finalidad y prácticas de la entidad.
Selección, capacitación y perspectivas profesionales adecuadas: las competencias, conocimientos y capacidades de cada empleado deben corresponderse, en la medida de lo posible, con las necesidades de cada puesto de trabajo.
Los candidatos a un puesto deben ser evaluados y, de ser necesario, recibir capacitación oportuna.
En este caso en particular, una forma de proteger a los empleados contra el estrés es la supervisión y el asesoramiento eficaces.
Descripción del puesto de trabajo: la descripción del puesto de trabajo dependerá de la interpretación de la política, los objetivos y la estrategia de la empresa, de la finalidad y organización del trabajo, y de la manera en que se mida el rendimiento.
La descripción del puesto tiene que ser clara. Es fundamental que el jefe del empleado y otros miembros del personal conozcan las características más importantes del puesto y se aseguren de que el nivel de exigencia es adecuado.
Cuanto mejor conozcan los empleados su puesto, más capaces serán de canalizar sus esfuerzos para realizar sus actividades de forma adecuada.
Comunicación: el personal directivo debe comunicarse con sus empleados, escucharles y hacerles ver claramente que han sido escuchados.
La forma de comunicar debe ser comprensible, acorde con la descripción del puesto y cabal. Además, los compromisos que se adquieran con los empleados han de ser claros y deben cumplirse.
Entorno social: Un grado razonable de socialización y trabajo en equipo es a menudo productivo, ya que puede contribuir a aumentar la dedicación al trabajo y el compromiso con el grupo de trabajo.
Probablemente no todas estas características se ajusten a tu organización, pero te sugerimos adaptarlas a tu modelo de negocio y tomar nota de todo aquello que te sea de utilidad para ponerlo en práctica.
¿Qué esperas? Empieza tu 2020 con un ambiente laboral más sano para ti y tus colaboradores.
Escrito por Pamela Díaz
Bibliografía
http://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/estres-laboral
https://www.who.int/occupational_health/publications/stress/es/